Marcel Broodthaers: una retrospectiva
Dónde: Museo Reina Sofía (Atocha)
Cuándo: del 5 octubre al 9 enero/ lunes de 10:00 a 21:00, de miércoles a sábado de 10:00 a 21:00, domingos y festivos consultar
Cuánto: 4 euros (gratis reducida)
Cómo: carrito, mochila o brazos
Por qué: texturas muy particulares, colores impactantes y poesía
Sibila y yo hemos ido a ver la exposición «Marcel Broodthaers: una retrospectiva« en el Museo Reina Sofía y, como lo hemos pasado tan bien juntas, queremos compartir la experiencia con vosotros.
Tras un viaje en autobús con el carrito -experiencia que relataré en otro post- y una parada en la cafetería Zahara de Osborne en la Plaza de Santa Ana para coger fuerzas, nos fuimos dando un paseo hasta el museo.
Una vez localizados los baños y asientos, Sibila con el culete limpio y la tripita llena y yo con la vejiga vacía y las manos limpias, nos encaminamos hacia la exposición. La mayor parte del tiempo lo pasó en brazos, porque aún no había descubierto la mochila portabebés que ofrecen en préstamo.
Sibila ha visto toda la exposición muy concentrada. Iba hablando con los huevos y los mejillones, y es que últimamente se ha convertido en un auténtico lorete. Se ha dejado cautivar por las texturas tan extrañas de esta exposición, y ha cautivado al personal de salas y los visitantes. Y es que si un puñado de mejillones pegados en un lienzo no encaja con tu idea de lo que es arte, merece la pena animarse a esta aventura sólo por disfrutar de las reacciones de tu bebé.
Esta es una exposición de juegos con mejillones y con huevos que, tras su sencillez, esconden como un prisma mil significados. Son los símbolos elegidos por Marcel Broodthaers, un artista belga de los años sesenta y setenta.
Este personaje trabajó como poeta, vendedor de libros raros y fotógrafo hasta que cumplió cuarenta años y decidió reinventarse y convertirse en artista. Entonces volcó sus influencias literarias -como Baudelaire y Mallarmé- y su interés por lo excéntrico en las artes plásticas, y lo hizo en forma de comida. Su obra está plagada de huevos y de mejillones dentro de cacerolas, formando masas o pegados en lienzos.
¿Qué significan los huevos y los mejillones? Todo lo que a uno se le pueda ocurrir: hermetismo, mundos cerrados y autosuficientes, identidad belga y hasta una metáfora del camino independiente que toma la carrera de este artista. Representan lo que nosotros queramos entender de ellos.
El «huevo cósmico» es, en la historia del arte y la literatura tradicionales de muchas culturas -como la griega, egipcia, finlandesa, japonesa, budista e indígena americana-, una metáfora de la creación del mundo, un relato cosmogónico. Es la historia de un comienzo, del comienzo del cosmos y de la vida. Todas esas cáscaras de huevo pegadas en los lienzos son como el rastro de muchos nacimientos. Quizás por eso a Sibila le han gustado tanto todos esos óvalos blancos y suaves, porque ella salió de uno hace cuatro meses, y pasea continuamente en brazos de su cascarón.
Así como los huevos son frágiles pero perfectos, los mejillones son robustos y fuertes, mas irregulares. Los primeros conservan su contenido con delicadeza y cuidado, mientras que los segundos se cierran como la tapa de un váter, rotundamente. Los mejillones son muy resistentes y, de hecho, Broodthaers los pega unos a otros formando una mole, porque en francés, moule significa a la vez «mejillón» y «mole». ¿Quién podría parar a una mole de mejillones?
¿Os sentís más como huevos o como mejillones? ¿Y vuestros bebés?
[Imagen principal: Sin título (Tríptico), 1965-1966, Marcel Broodthaers]
Para saber más: Reseña de El País
Akabu 
Hola!!
Muy buen post!!
Por cierto tengo un sorteo activo de bebés por si te interesa 🙂
Un beso
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Gracias!! Sí que me interesa!
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